Con plastilina, repasamos el esquema corporal...
Ademas, comprobamos en el patio cómo nuestra piel nos informa de la temperatura : frío en la sombra y calor al sol.
El tronco rugoso de los árboles y la textura lisa de los cilindros que sujetan el porche.
El tacto de un palito y la arena.
Los palos son fáciles de contar (material discontínuo), pero la arena, quién la cuenta ¿ (material contínuo)?.
Al final, disfrutamos escribiendo nuestro nombre en la arena.
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